Algunos de nuestros productos no necesitan nevera, pero otros al ser alimentos sí. Lo ideal es que estén en un lugar fresco, seco y alejado de olores fuertes. Lo más apropiado para una correcta conservación de los productos alimenticios es conservarlos en frigorífico. Para una buena conservación es necesario evitar sucesivas variaciones de temperatura, así como que estas sean bruscas. No deben estar expuestas directamente a los rayos del sol o a cualquier otra fuente de calor, tales como motores, radiadores. etc.